En los últimos días el nuevo CEO de Disney, Bob Iger, dijo que Disney no dejaría atrás la propaganda progre en sus entregas. Y es que se filtró una entrevista donde Iger menciona lo siguiente:
“Creo que hay una percepción errónea aquí sobre la política”
“Creo que algunos de los temas que han demostrado ser ‘controvertidos ’ en lo que respecta a Disney han sido calificados de políticos, y no necesariamente creo que lo sean. ”
“En segundo lugar, esta compañía ha estado contando historias durante cien años, y esas historias han tenido un impacto significativo y positivo en el mundo. Y una de las razones por las que han tenido un impacto significativo y positivo es que uno de nuestros valores fundamentales es la inclusión, la aceptación y la tolerancia. Y no podemos perder eso. Simplemente no podemos perder eso.”
Diversos medios interpretaron sus palabras como un anuncio de la reducción del panfleto ideológico en las películas que la compañía seguiría entregando, pero tibio no es sinónimo de menos. Claramente Iger nos dice que no puede dejar de lado lo que algunas personas consideramos “propaganda política” y esto no choca tanto con lo dicho por su predecesor, Bob Chapek, cuando dijo que no había una agenda progre en Disney. Es más que evidente que la hay, que la agenda tiene intenciones netamente ideológicas y que ambos mienten. Pero la derecha heteropatriacal, falocentrista y peneportante vuelve a hacerlo. El gobernador de Florida, Ron DeSantis arremetió contra la empresa que reside en Burbank, reaccionando a una declaración más que Iger hizo donde comunicaba:
“Lamentaba vernos arrastrados a esa batalla, y no tengo idea de cuáles son exactamente las ratificaciones en términos del negocio en sí. Lo que puedo decir es que el estado de Florida ha sido muy importante para nosotros durante mucho tiempo, y hemos sido muy importantes para el estado de Florida.”
A lo que DeSantis respondió contundentemente diciendo:
“No los arrastramos ... entraron solos, y no solo se opusieron al proyecto de ley, amenazaron con derogarlo ... Se lo trajeron… No me importa lo que diga una empresa con sede en Burbank, California, sobre nuestras leyes”
La pelea entre el gobernador de Florida y Disney no es te extrañarse, pues desde que la compañía tomó postura en cuanto a la ley que se conoce con el nombre de “Don´t Say Gay” (oficialmente el proyecto de ley “Derechos de los padres en educación” ), DeSantis impulsó una iniciativa para quitarle a Disney los privilegios sobre Reddy Creek, un "distrito de propósito especial" creado en 1967 dentro del territorio de Florida. Disney posee el control gubernamental sobre este distrito que le ha dado la posibilidad de construir un gran imperio, a cambio, en su momento se pactó que la empresa que hoy dirige Bob Iger se haría cargo de los servicios municipales que entonces no existían, como el servicio eléctrico, agua, vialidad, etc. El problema radica en que la empresa tiene una deuda que asciende a los mil millones de dólares a pesar de que es el empleador privado más fuerte del estado. Esta deuda tendría que ser absorbida por los contribuyentes a reserva de que se tenga un plan para que esto no pase así. Con el despido de Chapek como CEO de Disney la puerta para llegar a un acuerdo, según Randy Fine, el representante republicano que redactó el proyecto de ley original para disolver Reedy Creek, estaría cada vez más abierta, pero con la energía que se percibe entre Ron y Bob no parece que esta puerta se haya abierto tanto. Más aún cuando Iger declara cosas como que unos de los valores centrales de su narrativa son la tolerancia, la inclusión y la aceptación; y todos sabemos a lo que se refiere.
Habrá que esperar hasta mediados del 2023 para conocer el resultado de la discusión en torno a este problema que ha puesto en el medio los privilegios de Disney y la disputa por el dominio de la cultura, tanto en el cine como en la población en general.
Comments