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La Sirenita, un fracaso progre


Mucho se ha hablado del fracaso que representa la nueva película Live Action de La Sirenita, sea por la inclusión forzada que involucra la alteración del tono de piel de un personaje que explícitamente es descrito en el cuento original escrito por Hans Christian Andersen y publicado en el año 1837 como un personaje de piel clara y ojos azules; o bien porque a muchos les resulte innecesaria una adaptación de un clásico que ya es icónico, memorable y sumamente apreciado por el público que creció con las películas de Disney que hoy son considerados clásicos.


El caso de La Sirenita no es de ninguna forma un caso aislado, pues tenemos películas como Pinocho y la próxima Blancanieves, que de igual forma no se libraron de la inclusión forzada. Aunque puede ser cierto que a pesar de que un personaje sea alterado en cuanto a su apariencia física o características principales, la trama final de la película no gire en torno a una ideología progresista, el progresismo presente siempre estará.


Con esto último podríamos pensar en la recién estrenada película en las plataformas de Disney+, Pinocho; película que a pesar de haber alterado el tono de piel del hada madrina, no goza de una trama que podamos comparar o definir como un panfleto progre. Sin embargo esto no quiere decir que el progresismo esté ausente, pues aunque la trama o la película en sí, no sean consideradas por muchos como algo progresista, sabemos muy bien las razones por las cuales decidieron alterar el tono de piel de un personaje secundario tan bien recordado.


La nueva Sirenita interpretada por Halle Bailey ya se ha ganado el rechazo de múltiples espectadores, algunos porque siempre han criticado la inclusión forzada en las adaptaciones cinematográficas, y otros porque ya no pudieron tolerar este tipo de situaciones. Sin duda alguna, La Sirenita ha abierto los ojos a muchas personas que se negaban a creer o que seguían sin darse cuenta de que todas estas cosas no eran casualidad. Es tanta la gente que ha mostrado su rechazo en redes sociales, artículos y demás medios de comunicación, que Disney ya está considerando cancelar el estreno de esta película en la pantalla grande.


Muchas personas se aferran aún a la idea de que los que somos críticos de esta nueva forma de hacer cine, somos personas racistas, clasistas, misóginas, y demás adjetivos de manual woke; pero la verdad de las cosas es que el descontento poco tiene que ver directamente con la actriz u otros miembros del reparto. Puede que un actor sea muy bueno en su trabajo, incluso puede que sea de los mejores; pero simplemente hay papeles y roles que no todos podríamos interpretar. De la misma forma en que una actriz de la talla de Nicole Kidman no podría ser quien interpretara a la princesa Tiana en la adaptación de La princesa y el sapo, una actriz como Halle Bailey no debería estar interpretando a un personaje como Ariel.


Muchas personas en redes sociales, específicamente en la plataforma de Tik Tok, han expresado su opinión, y dentro de las múltiples perspectivas y puntos de vista de los usuarios, encontré una muy curiosa. Hay quien dice que el tema de la Sirenita no es comparable con lo que pasaría en una adaptación de películas como La princesa y el sapo, puesto que la primera es mera fantasía y la segunda está inspirada en personajes reales. Pero si la inclusión forzada fuera justificada solamente porque hablamos de fantasía, entonces podríamos sustituir a los dragones de Juego de tronos por blancas palomas en nombre de la diversidad y la inclusión, no teniendo que haber ningún problema porque estaríamos hablando de mera fantasía. Es así como llegamos a la conclusión de que incluso en algo ficticio, en la fantasía, o cualquier historia inventada; hay cosas que simplemente no se deberían cambiar.


Es que ni siquiera estamos hablando de cambios que vayan a mejorar la adaptación de la historia, tampoco estamos hablando de cambios que sean necesarios para poder adaptar una historia de fantasía al entendimiento de los niños; estamos hablando de cambios realizados únicamente por temas ideológicos.


Como la Sirenita, van a haber muchas otras películas de múltiples géneros que en nombre de la diversidad, decidan alterar lo que sea necesario con tal de agradar al lobby progresista; sin dejar de lado el hecho de que también hay una agenda atrás con la que se tiene que avanzar. Si algo podemos hacer ante este tipo de situaciones, es dejar de consumir este tipo de productos, verlos por otros medios, y no dejar de opinar en redes sociales. En la medida que logremos manifestar el descontento que genera la alteración de personajes icónicos y la introducción de ideologías sin sentido en los nuevos productos cinematográficos, veremos si aún con las pérdidas millonarias, los números de audiencia bajos, y las críticas abismales en diversos medios; insisten en hacer lo mismo.

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