Por Alexis Galicia 16/03/2023
Recuperar la condición humana de la persona es tan importante como recuperar el carácter de ciudadano en las nuevas formas de concebir el mundo. La participación que debemos acentuar como jóvenes, es aquella en la que nuestra voz resulte en acciones contundentes, no solamente en discursos vacíos y simples.
Es importante contar con una actitud de compromiso, en el entendido de asimilar nuestro papel en el espacio público y político. No se trata de ser “el relevo generacional”, sino de mostrar que estamos hechos de carne premium. ¿La base? una correcta formación, libre de resentimiento, y claramente, una educación integral. Además, debemos señalar aquello que vale la pena conservar: nuestros principios, nuestros valores y nuestra identidad.
Es entonces, que desde la visión holística de un buen cristiano, debemos exigir condiciones que favorezcan la construcción de un mundo mejor. Es necesario regresar al principio, y así tal vez aceptar que hemos fallado.
Hoy en México nuestra generación se ve amenazada, nuestras voces poco resuenan y nuestro futuro es casi borroso. Los mexicanos merecemos oportunidades, acceder a una buena educación y de alto nivel, a servicios básicos de alta calidad. Nuestra generación no debe ser conformista, sino aspirar a la trascendencia.
Es triste, en tanto que se convierte en el discurso oficial, que miles de jóvenes deben conformarse con un programa asistencial, que los obliga a perpetuar su miseria. ¿Hay otra forma de llamarlo? callar a las nuevas generaciones con una “beca” no es enseñarlos a pescar, sino lanzarlos al mar abierto y dar por hecho que van a descubrir un mundo nuevo.
No es un secreto que los partidos en el poder (hablando por, en y desde México) no han sabido responder a nuestras interrogantes. Los jóvenes de México necesitamos oportunidades, requerimos seguridad y construir un diálogo constante. La juventud no necesita una dádiva, sino poder emprender, poder construir un Plan de Vida que resulte en un estado de felicidad.
Es momento de creer; estamos en el momento ideal para romper con discursos que polarizan. Nuestra generación necesita de una visión humana, que resalte lo mejor que tenemos y ¿por qué no? que devuelva la esperanza que hemos perdido.
¿Por qué es tan difícil vivir? fue una pregunta que me hice al terminar de entrenar en la pista de atletismo hace unos días, y es que si algo he aprendido, es que nada que valga la pena es fácil de conseguir. La disciplina es la única forma de acercarnos a la realización personal y de ser actores en nuestra propia vida.
Entonces, ¿Dónde está la juventud? porque no veo a miles de almas luchando por lo justo, sino a miles de individuos haciendo lo menos, y tal como lo dice la Carta Enc. Fratelli Tutti 77, debemos “Ser buenos samaritanos que carguen sobre sí el valor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos”
Nos toca ser buenos ciudadanos, hacer un mundo mejor y aportar a nuestra cultura, ya sea desde la educación, la política, la familia, el despacho o el quirófano. Nos toca asumir un gran compromiso con México. ¿Estamos listos?
#EsCuestiónDeEducación y lo será siempre.