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Cobra Kai es el respiro que necesitábamos


Ya pasaron más de 20 años desde que el mundo conoció la filosofía del maestro de Karate Miyagi, ese maestro que a muchos nos inspiró a iniciar un camino en el sendero de las artes marciales y que hasta la fecha sigue cautivando a chicos y grandes con las primeras entregas estrenadas en los años 90.


Cobra Kai es la serie secuela de estas películas que vino a darnos un respiro de todo el progresismo al que nos estábamos acostumbrando en las plataformas de streaming; tan es así, que los progres están criticando la serie duramente con los adjetivos favoritos del manual Woke. Machista, clasista, racista, misógina, etc., son algunos de los adjetivos que usan los progres para criticar esta serie que ha unido viejas y nuevas generaciones en un solo canal.


Cobra Kai, específicamente en su última temporada, refuerza la importancia de la familia, la amistad y el honor; con escenas que te ponen la piel chinita al ver a un Johnny Lawrence, interpretado por William Zabka, estar a punto de perder una pelea contra más de 4 maestros del Karate rivales, pero verlo levantarse al recordar que tiene un hijo en camino después de ver la imagen de su ultrasonido.


Escenas donde la amistad prevalece por encima de las rivalidades, ver a Daniel LaRusso derrumbarse por creer que su familia lo iba a abandonar para siempre, los conflictos entre padres e hijos y más, son los que hacen de Cobra Kai una serie perfecta para ver en familia un fin de semana acompañado de una buena cerveza.


Basta ver los comentarios en Twitter para notar la rabia que emana la comunidad progre, porque, aunque Cobra Kai se adapta al tiempo, no se adapta a la ideología imperante del tiempo. Aunque si introduce un personaje bisexual, no hace de su sexualidad la razón de su identidad, no crean una trama en torno a ella ni la ponen a rivalizar con otros géneros.


Tenemos personajes de color, mujeres practicando Karate compitiendo entre ellas, rivalizando por celos y envidia incluso, pero no es un empoderamiento femenino, son simplemente mujeres poderosas haciendo lo que aman e intentando resolver sus problemas adolescentes.


Una serie diversa, pero no forzada; con mujeres, pero no feministas; con hombres, pero no ridiculizados; con peleas nada limitadas, con roles de género bien definidos incluso, si, hay una escena donde la señora LaRusso (ya con la forma en que se dirigen a ella es suficiente para saber que no es progre) se une a Daniel, Chozen y Johnny en el dojo de Cobra Kai para interrumpir a Terry Silver en su charla con los directivos del torneo más grande Karate, y Amanda LaRusso acompaña su presentación con un gesto de lo más femenino, a diferencia de los caballeros que la acompañan.


Estos detalles parecen justo eso, detalles, pero créeme cuando te digo que son de lo más evidente, notorios y me atrevo a decir, relevantes y puestos a propósito.


Por si esto fuera poco, Johnny se la ha pasado burlándose de los progres a lo largo de las 5 temporadas, y esta no es la excepción; sin embargo, en esta ocasión muestra su lado más humano, ante el embarazo de su novia Carmen, la mamá de su alumno Miguel, se pone a buscar trabajo, busca videos en internet sobre cómo ser padre, y nunca piensa en huir.


La serie jamás sugiere tal cosa como un aborto, desde el punto cero en que se centraron del embarazo, todos los personajes aliados que se enteran se emocionan y lo reciben con gozo.


Así que, si ya viste Cobra Kai, sabrás de lo que estoy hablando, y si no le has dado una oportunidad, este es el momento.


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