Plantear que los varones se encuentran en alguna crisis parece un argumento y discurso absurdo para nuestros días, días que son “dominados por hombres”. La realidad es que nuestra sociedad occidental se encuentra híper representado por la mujer, es decir su protagonismo está por todos lados, por ejemplo: cátedras de estudios, centros e institutos dedicados a tiempo completo, cargos políticos, leyes de discriminación positiva, planes de igualdad, políticas públicas, entre otros. Este hecho ha tenido consecuencias graves como la concepción de masculinidad como sospechosa, malvada y nociva en el ámbito laboral, familiar, educativo, relacional generando terribles consecuencias en los niños varones.
Nuestros niños carentes de un referente para su dimensión masculina, mayores problemas de aprendizaje, de conducta agresiva y antisocial. En este afán del predominio femenino con una perspectiva de “justicia y deuda” social, hemos desatendido a los infantes varones con consecuencias graves para su desarrollo.
La ciencia de los datos da razón de este planteamiento. Son muchos los investigadores de esta problemática, uno de ellos el Dr. James Dobson en su libro Bringing Up Boys da cuenta de ello con los siguientes datos:
El abandono escolar en secundaria es en su gran mayoría por varones
Son 3 veces mayores las probabilidades de que un niño tenga un diagnóstico de un trastorno de déficit de atención que una niña.
Se les atribuye al doble los desórdenes de conducta a los varones.
Mayor tendencia a considerar que el colegio y estudio carece de sentido.
Mayores episodios de acoso escolar y violencia
Una mayor probabilidad de consumir drogas en el colegio.
Son 4 veces mayores las probabilidades de que un niño tenga problemas emocionales que una niña.
Mayor riesgo de un diagnóstico de esquizofrenia
5 veces más riesgo de un suicidio
El 80 % de los suicidios en jóvenes menores a 25 años son perpetrados por varones.
Ante estos datos, ¿por qué no hemos vuelto la mirada hacia los varones? ¿Por qué no hemos tomado medidas concretas en educación, en política, en políticas públicas con perspectiva de familia? ¿Por qué no volteamos a ver a los varones y sus problemas educativos, emocionales, sociales, familiares como lo hacemos con las mujeres?
Y es que el gran problema al mirar este fenómeno es tratar de resolverlo con una mirada femenina o neutra, y es desde aquí que la ideología de género arropa este problema. Es decir, la fundamentación de la ideología de género es el desprecio o la ignorancia de la alteridad sexual, y si no existe alteridad sexual entonces los papeles sin intercambiables, no hay roles definidos en la familia, la masculinidad no tiene sentido de estudiarla e intervenir en los problemas del varón, y, por lo tanto, si negamos el ser hombre negamos la masculinidad, paternidad, la familia.
En conclusión, una crisis de identidad en los niños varones causada por la ausencia psíquica y física de los padres de familia, y la negación o ignorancia de la alteridad sexual causando entonces incomprensión, problemas mentales, problemas sociales, suicidios y potencialmente repetición de patrones en familias futuras.
Sí, necesitamos al varón, al padre de familia, la masculinidad, su promoción y valoración.
Por Francisco Elizalde Estrada
Dobson, J. C. (2014). Bringing Up Boys. Tyndale House Publishers, Inc.
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